viernes, 13 de enero de 2012

La tecnología a favor de México

El futuro virtuoso de invertir y fomentar el desarrollo y la educación científica.
Por Jorge Pablo Correa González*

Si Estados Unidos de América fuera una empresa estaría en bancarrota, según afirma el profesor de la Universidad de Boston, Laurence Kotlikoff. A pesar de ello, sigue siendo un país poderoso y gran parte de ese poder lo debe a sus instituciones académicas que le ayudan a mantenerse en posición puntera en términos tecnológicos a pesar de que otros países puedan hablarle de tú a tú.
Por otra parte, de acuerdo con los resultados del estudio Prospectiva México Visión 2030 por parte del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, cada vez menos jóvenes se aventurarán a convertirse en científicos. Como se podrá entender, el panorama es desolador, porque contar con menos recursos humanos en un área tan importante como el desarrollo de la ciencia y la tecnología, puede profundizar el estancamiento en el que se encuentra el país actualmente.
Sin embargo, se puede lamentar las pérdidas que aún no suceden o llenarse de optimismo y poner la vista en trabajos, proyectos y carreras que construyen puentes entre la ciencia y los negocios. Uno de estos trabajos es el del Dr. José Iván Escalante García, responsable de la línea de investigación sobre cementos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) en Saltillo.

Históricamente, su grupo de trabajo se ha concentrado en desarrollar cementos de bajo impacto ambiental (CBIA) con diversos proyectos financiados por Conacyt, incluyendo varios de Ciencia Básica, otros en cofinanciamiento con Estados como Puebla, Zacatecas, Coahuila y San Luis Potosi, Secretarías Federales como Semarnat e industrias nacionales. En total, se han desarrollado alrededor de 10 proyectos con la finalidad de mejorar los cementos valiéndose de desechos industriales y materias primas naturales alternativas que permiten un equilibrio entre excelentes propiedades tecnológicas con costos competitivos en relación con los cementos convencionales.

La importancia de estudiar y desarrollar esta línea de investigación radica en que mundialmente son producidas más de 2,200 millones de toneladas anuales de cemento convencional, como lo explica el Dr. Escalante. Esta gran cantidad de cemento no sólo genera mucho dinero, además impacta en el medio ambiente al producir “emisiones ambientales de CO2 resultantes (que) representan alrededor del 7% de las emisiones antropogénicas”, según sostiene Escalante.

Las ventajas que se han encontrado en los CBIA son muchas. En algunos casos, su estructura molecular los hace más resistentes y químicamente más durables. Por lo tanto, ayudan a reducir costos a las constructoras pues con menor cantidad pueden dotar de la misma estabilidad a puentes, edificios, viviendas, infraestructura urbana, etcétera. Además, al ser más durables, el mantenimiento que requieren es menor y por lo tanto se produce un nuevo ahorro económico. Por si fuera poco, causan un daño muy reducido al medio ambiente ya que por sus propiedades internas se reduce la repetición del proceso de fabricación y disminuye la temperatura de los 1450°C necesarios para el cemento regular a sólo 750°C, lo que implica menor uso de combustibles, menor emisión de CO2 y por lo tanto su costo de producción es más económico. No contentos con esto, los CBIA pueden ser fabricados a partir de desechos industriales que no requieren tratamiento térmico, generando más ahorros y disminución de acumulación de millones de toneladas de desechos sólidos en los sitios de confinamiento.

Los CBIA representan un beneficio para constructores, que ahorran en costos y tiempo; para fabricantes, que no tienen que invertir en infraestructura diferente, pues pueden utilizar la misma que usan para el cemento regular y para los usuarios finales al contar con edificaciones más durables y resistentes, todo sin mencionar al planeta que agradecerá enormemente los beneficios.

Las investigaciones realizadas por el equipo del Dr. José Iván Escalante García son un ejemplo más de que la ciencia y los negocios se llevan bien y el panorama es realmente alentador y promisorio. Aún estamos a tiempo de que, como dice el Dr. Escalante, “los industriales de la construcción y fabricantes cementeros expongan sus necesidades a los investigadores y que éstos informen a los industriales sobre alcances y posibles innovaciones” ya que esta simbiosis necesaria “potenciaría sustancialmente el desarrollo del país, permitiría formar recursos humanos ad hoc a las necesidades nacionales, el gobierno apoyaría el desarrollo de empresas y creación de empleos, se crearían nuevas inversiones y riqueza diversificada; en pocas palabras se consolidaría uno o más verdaderos círculos virtuosos con futuro halagüeño”.

*Productor del programa radiofónico Ciencia y Negocios, que se transmite todos los martes de 15:00 a 15:30 por 660 AM, Radio Ciudadana.

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